El ineluctable declive electoral del bipartidismo

España: La gran coalición pendiente del PP, el PSOE y el Ibex 35

Pocos en España ponen en duda que el bipartidismo va camino de ser Historia. PSOE y PP, los partidos que han gobernado el país durante los últimos treinta años (para los sociólogos, una generación), están en horas bajas.

Los estudios que avizoran la intención de voto les pronostican un ineluctable declive electoral. El mundo político que hemos conocido durante estos años parece que toca a su fin.

El descrédito de las principales instituciones es percibido por una mayoría de los ciudadanos como un hecho repudiable.

Los casos de corrupción han minado la fe en el sistema. También la crisis, con sus secuelas de más paro, recortes salariales y subida de impuestos, ha contribuido a destemplar los ánimos del personal.

Escándalos como el de las tristemente famosas «tarjetas negras» de Cajamadrid colman de indignación las conversaciones de la gente. ¡Basta ya¡ es expresión de escucha frecuente.

Semejante estado de cosas se refleja en las expectativas de voto que auscultan los gabinetes de estudios sociológicos.

De ellos parece que ha nacido un remitido para los dos grandes partidos políticos. Remitido que está en el centro de la preocupación que embarga a sus dirigentes y también a las cúpulas de las empresas del Ibex.

Lo primordial es que a la vista del panorama que pintan las encuestas los mismos que hace un par de años se burlaban del movimiento que cristalizó en el 15 M -creían que era cosa de marginales, de «perros-flauta»-, ahora se toman muy en serio el ascenso de Podemos, heredero de aquellas protestas contra la corrupción y los privilegios de la «casta» política creada alrededor del bipartidismo.

Se lo toman en serio los medios que se burlaban y los políticos que les ignoraban. Tanto como para que esta misma semana un ministro del actual Gobierno comentara que, ante la presumible pérdida de la mayoría parlamentaria tras las próximas elecciones, el PP estaría dispuesto a explorar una alianza con el PSOE. Una coalición de gobierno a la alemana: la «gran coalición».

¿Es una idea plausible? ¿Encontraría eco? Una coalición es, como poco, cosa de dos, pero en éste caso, al día de la fecha, la otra parte (el PSOE), no se plantea semejante posibilidad ni siquiera como hipótesis.

Todo lo contrario. Cuando, hace unos meses, Felipe González insinuó algo parecido, saltaron chispas.

En orden a éste asunto, Pedro Sánchez, el nuevo secretario general, parece haber hecho suya la doctrina tradicional del partido: con el PP, nada. Roma en relación con Cartago.

Claro que hay un nuevo actor político sobre el escenario que irrumpe con tanta fuerza como ganas de provocar.

«El PSOE tendrá que decidir pactar con Podemos o con el PP» -sentenció en reciente entrevista Pablo Iglesias el Joven-, anticipando el dilema que en cualquiera de sus salidas podría ser el abrazo del oso para el PSOE. Como quedó dicho, desde el PP se ve de otra manera.

En Berlín manda Merkel y nadie se acuerda de cómo se llama el jefe de filas de su socio en la «Grosse Koalitión».

Para los populares -y con ellos para el establishment que resume el Ibex-, en el bipartidismo les va la vida.

Por eso harán lo indecible para prolongar su vigencia. Medios no les faltan.

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