La entidad azulgrana ha decidido adherirse al pacto nacional por el derecho a decidir

El Barça, su directiva, el comunicado, la independencia y la cobardía

El Barça, su directiva, el comunicado, la independencia y la cobardía
Josep Maria Bartomeu. BC

No me gusta el fútbol, aunque pertenezco a una familia de forofos que viven este deporte con pasión, defienden con orgullo los colores de su club y da la sensación de que les va la vida en cada partido que juega su equipo.

Tal vez por eso lamento profundamente que un gran equipo como el Barça tenga una junta directiva que se crea con derecho a situarse políticamente en un bando: el del soberanismo y cambie los colores del club por los del partido de turno.

Finalmente la entidad azulgrana ha decidido adherirse al pacto nacional por el derecho a decidir y, en una misiva enviada el presidente de la plataforma, Joan Rigol, el club de fútbol ha dejado la tibieza a un lado y ha cometido el error de dar un paso al frente en un camino hacia ninguna parte.

Siempre se ha dicho que el Barça es más que un club y sólo es cierto cuando el comentario se refieren al uso que los nacionalistas-independentistas han hecho de un equipo que mueve a miles y miles de seguidores en España y en el mundo y donde evidentemente, no todos comparten en las ideas del independentismo.

Claro que no es la primera vez que la directiva de Barça se comporta como si el equipo que deberían liderar se tratara de una plataforma política para uso exclusivo de algunos.

No es la primera vez que desde la dirección del club se azuzan los sentimientos de una parte de sus seguidores como tampoco lo es que se cedan sus instalaciones del deportivas para fines espurios.

Sabemos que, desde hace tiempo, a plataforma por el Derecho a Decidir quería utilizar la proyección deportiva que el Barça tiene en Cataluña, en España y en el extranjero para que se posicionara a favor de algo que no existe como es el derecho de autodeterminación -aunque eso sea lo de menos para algunos- y al fin al se han salido con la suya.

Muy diferente ha sido la posición del otro club catalán, el Espanyol, cuyo portavoz ha dejado meridianamente claro que ellos no darían el paso. «Somos un club de fútbol con muchas sensibilidades, todas muy respetables.

Entendemos que el club como institución no se debe pronunciar sobre este tema porque es una cuestión estrictamente política. Todo el respeto para toda la sensibilidades. Somos un club integrador » afirmó, cargado de sentido común, el directivo blanquiazul.

El problema del Barça es que se ha convertido en un instrumento más de la élite nacionalista. Lo correcto, lo digno lo valiente y también lo decente sería que si, a partir de ahora el club se convierte en una plataforma política de verdad deberían pronunciarse ya sobre otros muchos temas que preocupan a los catalanes.

¿Por qué los directivos del Barça no se pronuncian abiertamente y sacan un comunicado sobre el caso Pujol, la corrupción, los niveles de paro o las dos legislaturas perdidas para la economía catalana?

¿Es que no tienen opinión sobre aquellos que durante tres décadas se han estado envolviendo la bandera para llenarse la cartera o simplemente, como son los que tienen el poder, les da miedo hacerlo?

Son muchos, muchísimos los socios del club a quienes les repugna el grado de corrupción política que hay en España y también sienten un profundo bochorno y una gran decepción por todo lo que durante tantos años ha estado ocultado el emporio Pujol.

Si el Barça es una plataforma política lo debe de ser para todo y lo honesto sería salir a la opinión pública presentar su programa electoral y que los aficionados puedan juzgar lo que verdaderamente pretenden y defienden sus directivos.

¿Qué pasaría si mañana mismo la directiva del Real Madrid o del Valencia hiciera un comunicado donde el club se mostrara contrario el derecho a decidir, reivindicara la unidad de España, apelara a la legitimidad Constitucional y denunciaran los abusos y corruptelas que se han producido en Cataluña?

Pues primero que sus propios socios no lo tolerarían y después que los políticos catalanes dirían que la mano que mueve la cuna de los merengues o los valencianos es la del gobierno de turno.

Pues si esto no sería de recibo en otros clubs tampoco lo es, en absoluto, que el Barça haga política a escondidas.

¡Que no!, ¡que no!, que no son más que un club . El Barça es solo eso: un club y querer ser otra cosa porque congraciarse con poder político le conviene tiene un nombre: cobardía.

Y de eso….. parece que hay a raudales últimamente.

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