Este 15 de octubre de 2014, escribe Ely del Valle en El Semanal Digital una columna titulada ‘El síndrome del político suicida amaga con convertirse en pandemia’ en la que arranca diciendo:
Ya no cabe lugar a la más mínima duda: asistimos al fin de un ciclo en el que la política más o menos seria está en peligro de extinción gracias a la minuciosa labor de una nueva generación de políticos kamikazes que en los últimos siete días han demostrado que están dispuestos a estrellarse contra el muro de la sensatez.
Añade que:
El ranking, como ya se pueden imaginar, lo encabeza el gran Artur Mas. El hombre, original hasta el fin, está decido a suicidarse por el curioso método de saltar al vacío legal con la megalomanía atada al cuello como lastre.
Y concluye que:
La medalla de plata en esta lista, la consigue por méritos propios la ministra de Sanidad que, paradójicamente, desde que llegó al cargo no ha gozado de una buena salud política.