La Marea de Pérez Henares

Semana de borrascas con soleadilla final

La semana ha sido de alivio, de sobresalto en sobresalto, de truenos y relámpagos sucediéndose los unos a los otros sin tregua ni respiro. Un susto se enlazaba con el siguiente y cuando parecía que venía una clareadilla por un lado por el otro llegaba otra nube con leopardos en las tripas.

Pongamos que estábamos en lo del ébola. Respiraba mejor Teresa y comenzábamos a respirar todos. Con todas las prudencias, el momento más crítico parecía haber pasado, la mejoría se reafirmaba y empezábamos a ver sonrisas en quienes en verdad han peleado, sin voceríos ni alharacas, por su compañera. Y el jueves ¡zas! Que primero una señora que había utilizado la ambulancia en la que la trasladaron al hospital de Alcorcón con fiebre al Carlos III y sin solución de continuidad un avión de Air France en Barajas con un pasajero que había llegado a Paris desde Lagos(Nigeria) con temblores y fiebre y la alarma desatada. Un empleado de Aena en el colmo de la insensatez a quien se le puso un micrófono televisivo sembraba por Madrid alarmas y bulos, que si el queria irse y que recomendaba no aparecer por Barajas y que en Barcelona había otro avión en la misma situaciónn. Mentira y disparate que por fortuna, en esta ocasión, la información veraz e inmediata y las medidas tomadas desterraron. Pero ¿por qúe todos estos voceras y quienes les ponen los micrófonos no se callan?.
Con todo preocupación a la que se añadía un misionero llegado de Sierra Leona que presentaba fiebre y un cooperante de la Cruz Roja aterrizado a su vez en Tenerife desde territorio ébola tambien con síntomas. Pero parecía que los protocolos funcionaban , que la respuesta y la comunicación eran rápidas. En los dos primeros casos, para mayor alivio, se daba a conocer al amanecer del viernes que las pruebas daban negativos, en el caso de la señora madrileña usuaria de la ambulancia, con lo cual ese contagio parecía descartarse, falta una definitiva prueba, y otro tanto sucedia con el ciudadano nigeriano, tambien negativo y cuyo cuadro clínico parece deberse a la malaria. Habrá que tocar madera tanto con el misionero, parece que menos, como con el cooperante de la Cruz Roja que parece más preocupante a priori y que a la hora de escribir estas lineas no hay una primera prueba en uno u otro sentido. Pero bueno, algo más despejada la situación parecia ya ayer que el jueves, con ademas acabadas cuarentenas de los que estuvieron en contacto con el último fallecido, excepto, claro, Teresa, que seguía su mejoría.

Pero es que lo mismo que con lo del ébola nos pasaba con la economia. El miercoles y el jueves se desataba el pánico bursatil. Porque Europa parece irse gripando, porque el dinero es lo más cobarde, porque este indicativo de USA es malo y el nuestro de exportaciones ha empeorado. Total que miedo y el Ibex para abajo y la prima de riesgo calentándose. No para hervir-recuerden aquellos 640, pero si hasta llegar a los 160 puntos. Al final de jueves y ya sobre todo el viernes llegó tambien aquí el resuello. La prima española era la que mejor se comportaba poniendo distancia con la italiana y no digamos la portuguesa y sobre todo la griega, que por ahí parece venir también una nueva cellisca. La cosa acababa al final en los 130 y la bolsa en ……que no era para dramatizar nada, aunque el parón europeo sigue ahí amenazando una recuperación que necesita intensidad y velocidad porque a nosotros no nos vale quedarnos como estamos con cerca de seis millones en el paro y a la espera de una nueva EPA que ojalá, y algo me han dicho, nos de aunque sea pequeña, alguna alegría.

Y para que nada nos faltara y seguir con el nervio puesto, la votación en Naciones Unidas. Al primera no salió y la segunda tempoco. Sentada ya Nueva Zelanda ibamos a cara de perro con Turquia por la última plaza. Reconozco que era pesimista. Turquia es ahora muy necesaria en lo que va a ser la obligada lucha contra el terrorismo islamico. Pero quizás haya sido su ambigua y torticera ambigüedad lo que nos ha beneficiado. A la postre y tras el suspense está vez tuvimos éxito, lo tuvo Garcia Margallo y el rey Felipe, que mucho había contribuido a él se alegraba al otro lado del teléfono que sonaba de inmediato. Es bueno recuperar presencia y tener voz y voto, aunque no veto, en ese Consejo de Seguridad. Pero ojo esa visibilidad puede ser buena o mala. Ahora hay que acertar y definirse y espero que no hagamos otra de las Azores donde alguno se paso de exhibiciones.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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