Este 22 de octubre de 2014, escribe Manuel Jabois en El Mundo una columna titulada ‘Los sin nombre’ en la que arranca diciendo:
La reacción del PP, el partido de la gente normal y el que más se parece a España, a la imputación de Rodrigo Rato ha seguido el patrón de la CIA cuando embarca a sus agentes: si algo le sucede no le conocemos, olvidaremos su identidad, no sabemos cómo ha llegado hasta ahí ni tenía autorización para desempeñar el cargo.
Añade que:
Hay un momento dramático en política en el que a un hombre lo arrojan a su propio eufemismo. En este tipo de mundos sujetos a interpretaciones sutiles y en el que se vive entre sobreentendidos, pendientes de gestos inanes o conversaciones marchitas, el PP ha somatizado una curiosa exclusión social de los propios; consiste en irlos desvaneciendo hasta quedar atrapados en un purgatorio cercano a la ficción por el que deambulan desde Matas hasta Camps, que llegó a subirse a una barcaza como Caronte
Y concluye que:
Rato es ya para Rajoy «esa persona de la que usted me habla», y lo es con tanta convicción que no se puede descartar que vaya a convertirse «esa persona de la que usted me habla y que me tiene que presentar algún día».