Este 28 de octubre de 2014, escribe Raquel Martos en InfoLibre una columna titulada ‘Muy fan de… Francisco Nicolás’ en la que arranca diciendo:
Francisco Nicolás, criatura, solo faltabas tú en esta tragicomedia ibérica que no acaba nunca. Estoy dudando entre llamar a la Supernanny para que te de un repaso, o abrir una petición en Change.org para que te dediquen una rotonda.
Añade que:
Tus hazañas nicolasianas ponen en entredicho tu catadura moral y la salud de esa cabecita que hay debajo de tu melena. Pero hace lo propio con la perspicacia de los estafados por un trilero sub-21, la honradez de los que se ponían en tus manos para que les sacaras de algún lío, la integridad de los que se dejaban enredar a cambio de un enchufe y la listeza de los listillos que, con tal de pillar cacho, se fían del primer timador veinteañero que les hace ojitos y les susurra cantidades bonitas de dinero al oído.
Y concluye que:
Si a la sentencia: «tenemos los líderes que nos merecemos» sumamos ésta otra: «tenemos los impostores que nos merecemos», el resultado es que hemos debido de ser muy malos en la vida anterior y nos merecemos este infierno. Dios mío, esto es un infierno. Veo jetas por todas partes…