Este 29 de octubre de 2014, escribe Marcos Paradinas en El Plural una columna titulada ‘Perdonen que les robe’ en la que arranca diciendo:
Antes de jubilarse para dedicarse a comprar morcillas en Burgos, el rey Juan Carlos I nos dejó un último regalo a la sociedad española, después de que hace 30 años nos sirviera la democracia en bandeja de plata y envuelta en purpurina.
Añade que:
Este presente no es otro que la importancia de saber pedir perdón, una capacidad hasta ahora desconocida entre nuestra clase política, más acostumbrada a solventar las críticas del populacho con un corte de mangas, como ya pusieron en práctica José María Aznar o Luis Bárcenas, esos próceres de la patria.
Y concluye que:
Mucho me temo que este cenagal no se limpia con dos padrenuestros y un Ave María.