Este 5 de noviembre, escribe Emilio Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘¿Habrá un Bruto?‘ en la que arranca diciendo:
El cesarismo gobierna el PP. Todos viven pendientes del César, tratando de adivinar qué desea, y ejecutar prestos su voluntad; qué piensa, y apresurarse a coincidir con él; a quién apoya, y correr a verter sobre el ungido mieles y lisonjas.
Añade que:
Pero hay una posibilidad que Méndez no ha querido contemplar. La de acabar con César antes de que César acabe con Roma. Para eso no valen Antonios, Octavios ni Lépidos. Para eso hace falta un Bruto.
Y concluye que:
Claro que quienes quieran ser Bruto y Casio en el PP serán luego derrotados en Filipos por el Marco Antonio y el Octavio que inevitablemente surgirán.