Este 7 de noviembre de 2014 escribe Pablo Sebastián en República.com una columna titulada ‘La pantomima catalana’ que arranca diciendo:
El Tribunal Supremo ha desestimado la denuncia de Generalitat en la que se solicitaba de manera temeraria que está Corte anulara la suspensión de la consulta del 9N acordada por el Tribunal Constitucional. Algo que está fuera de las competencias del Supremo y que ha sido rechazado de manera inmediata como era de esperar. A la vez y mientras la Generalitat continua desobedeciendo la suspensión de la nueva consulta del 9N, en Madrid se hace la vista gorda a estos continuos desafíos que incluyen los presuntos delitos de desobediencia, prevaricación y malversación de fondos públicos, con la esperanza de que Artur Mas rectifique y saque a la Administración de Cataluña del proceso para endosarlo a los movimientos independentistas pero fuera del marco oficial de Cataluña.
Y añade que:
Sin embargo el Gobierno de España corre riesgo con este procedimiento y su respuesta de bajo perfil, porque indirectamente el Ejecutivo de Rajoy se podría estar poniendo también al borde de la ley si no ordenara actuar a la fiscalía y mozos de escuadra si Mas y funcionarios catalanes insisten en el desafío desde la Generalitat, diputaciones y ayuntamientos con la ayuda de y funcionarios públicos colaborando de manera directa en la convocatoria secesionista.
Y concluye que:
Al fondo de todo ello está el desgobierno de Cataluña abandonado por Mas y sin Presupuestos para 2015 y la fractura social y política catalana que no será fácil de recomponer. Que será más evidente si finalmente se convocan elecciones autonómicas plebiscitarias y adelantadas con listas únicas de los secesionistas, lo que no parece guastar a ERC porque se consideran ahora el primer partido catalán y porque prefieren dominar con anterioridad la mayoría de los ayuntamientos catalanes en las elecciones de mayo de 2015.