Este 14 de noviembre de 2014, escribe Francisco Pérez Abellán en Libertad Digital una columna titulada ‘ADN, no sin mi abogado’ en la que arranca diciendo:
Asesinos, pederastas, violadores y demás ralea están de suerte. Una sentencia del Tribunal Supremo de 30 de julio de 2010 que estableció que es garantía jurídica necesaria la presencia de un abogado para tomar pruebas de ADN, caso de que los detenidos consientan, se está cargando el banco de identificación que tanta tranquilidad procuraba.
Añade que:
Gracias a la obtención de ADN se ha metido a gente impune en la cárcel. El ADN es el más poderoso arma contra la violación y el asesinato. El reóforo de la corriente de policía científica: se ha descartado a sospechosos que resultaron ser inocentes y se ha descubierto a asesinos taimados.
Y concluye que:
La blandenguería de las leyes, en especial contra los multirreincidentes, permitió que Madrid, la capital, sufriera la tiranía del pederasta [de Ciudad Lineal] que destruyó la vida de al menos cuatro niñas.
