Este 17 de noviembre de 2014 escribe David Torres en Público una columna titulada ‘Cayo cae, Mariano aguanta‘ en la que arranca diciendo:
Nos resistíamos a admitir el denominado Efecto Podemos, el juego de dominó por el cual, tras las elecciones europeas, algunos de los principales líderes del país fueron derribados y sustituidos por jóvenes promesas como el rey Felipe o Pdr Snchz.
Y añade que:
El último en sufrir los efectos de la extinción de los dinosaurios ha sido Cayo Lara, que ha presentado su renuncia como candidato de Izquierda Unida a las generales. En IU, como en el PSOE, la crisis alcanza hasta a las vocales. El PSOE se desfondó hace muchos años, quedándose sin las letras de enmedio, y por eso Pdr Snchz ha decidido tomar La Moncloa paso a paso: lo primero es ser secretario general del uasap. Del mismo modo que los del PSOE se preguntaban por qué seguían llamándose así, si ninguno era ni obrero ni socialista, en IU circula la duda metódica de si alguna vez la izquierda ha estado unida.
Y concluye que:
Mientras las escaramuzas prosiguen y las fichas de dominó siguen cayendo, el único que permanece inalterable en medio del cataclismo es Mariano, que no cambia de cara, de discurso, de ministros ni de teléfono móvil. El otro día estuvo en la cumbre del G20 repitiendo a voces que España es un ejemplo para el mundo y al menos tuvo el detalle de no explicar de qué. El dontacredismo no le sirve en esas reuniones de líderes mundiales donde, si pierdes comba, te quedas sin cenar, te hacen el vacío como a Zapatero o te sientan al lado de un chino creyendo que es un primer ministro y al final es el camarero. Mariano, a quien más de uno tomó por camarero, tuvo que insistir varias veces hasta que consiguió, a traición y por la espalda, que Obama le estrechara la mano.