Este 19 de noviembre de 2014, escribe Jaime Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘La querella vacilante‘ en la que arranca diciendo:
La crónica oficial nos cuenta que el Gobierno no creía que Mas se atrevería a celebrar la consulta. Que Rajoy, cuando vio que sí se atrevía y encorajinado por el desaire, exigió a la Fiscalía que interpusiera la querella que hasta ese momento había estado frenando.
Añade que:
Mas, como hábil chantajista que es, sabe que su fuerza negociadora reside precisamente en seguir adelante, no hasta que le prometan nada, sino hasta que le den lo que esté pidiendo, que no nos dicen lo que es para que fuera de Cataluña no nos soliviantemos aún más.
Y concluye que:
Lo verdaderamente importante es lo que están negociando por debajo de la mesa y que no tiene nada que ver con la propuesta de reforma presentada por el PSOE.