Carmen Tom‡s

Entre Draghi y China, euforia bursátil.

La bolsa española vivió el viernes una jornada de auténtica euforia. Había ganas y bastaron unas palabras del presidente del Banco Central Europeo y la decisión del banco central de China de bajar el precio del dinero para que se cerrara la mejor sesión del IBEX en casi año y medio.

Más de un 3 por ciento arriba. La semana iba catastrófica, pero finalmente y gracias a esa última sesión, el selectivo español logró cerrar con una subida del 3,67 por ciento y por encima de los 10.500 puntos. Mario Draghi avanzó la posibilidad de que tan rápido como sea posible, quizás en la reunión del 4 de diciembre, anuncie medidas para luchar contra la deflación o elevar la inflación, como prefieran.

Fue oído y los inversores se lanzaron a las compras, daba igual constructoras que bancos. Todos los malos rollos de la semana con el BBVA, por ejemplo, se disiparan.

Esta semana además ha empezado la rueda de pronósticos y de nuevo la bolsa española se sitúa a la cabeza de las buenas perspectivas para 2015. Cierto que en los últimos días y ya lo hemos comentado aquí ha habido informes negativos sobre España por dos motivos: Cataluña y Podemos. Parece, sin embargo, que la confianza en España, al menos de momento, no se ha quebrado. La prima de riesgo volvió a bajar de los 125 puntos y la rentabilidad del bono a 10 años cayó el viernes a mínimos históricos.

Hemos conocido, sin embargo, la opinión del gobernador del banco de España que ha resultado ser menos optimista que la del gobierno. Cree Linde que el crecimiento de la economía española se puede ralentizar por el efecto de la desaceleración de algunas economías europeas. El gobierno, sin embargo, cree que se aleja el fantasma de la tercera recesión y que hay que contar también con el efecto positivo de la caída brutal del precio del petróleo y la mejora de la competitividad que supone la relación euro-dólar.

Desde luego la economía que va como un tiro es la madrileña. El gobierno de la Comunidad de Madrid sigue con su política de bajar impuestos y relanzar la actividad y el empleo. De hecho, desde 2003 más de 30.000 millones de euros se han dejado en el bolsillo de los ciudadanos y tanto en PIB como en empleo las cifras son claramente mejores que la media de España y del resto de Comunidades Autónomas. Y así va a continuar. También se ha aprobado definitivamente la reforma fiscal que entrará en vigor el 1 de enero de 2015 y que afecta tanto a las rentas del trabajo como a las del capital. Lo analizaremos porque adelantará o atrasará algunas decisiones de inversión.

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