Este 26 de noviembre de 2014, escribe Ely del Valle en El Semanal Digital un artículo titulado ‘En Podemos se ponen morados‘, en la que arranca diciendo:
Del azul celestial del PP al rojo evidente y descriptivo del PSOE, pasando por el verde de los ecologistas, el naranja refrescante de Ciudadanos o el rosa personalista de UPyD, el color que cada partido elige como fondo de logotipo dice mucho de cada uno de ellos. El de Podemos es el morado, quizá porque es el color que conecta, dicen, con los grandes ideales espirituales y el que utilizan los psiquiatras para tranquilizar a sus pacientes.
Añade que:
Casi en paralelo, Iglesias, que a pesar del apellido hasta ahora había sido un ateazo de tomo y lomo, se ha caído del caballo como su tocayo San Pablo y ha descubierto – no sabemos si también abducido por el color eclesiástico por excelencia- al Papa Francisco, al que muy castizamente ha invitado a una de chopitos en su casa de Vallecas. Raro, raro, raro.
Y concluye que:
Es muy posible que Iglesias y compañía decidan cambiar de color corporativo con lo que desharán el maleficio al que les está sometiendo ese morado maldito que, por si no se han dado cuenta, no es más que la fusión del azul y el rojo, los colores de ese bipartidismo del que tanto reniegan.
