Este 27 de noviembre de 2014 escribe Andrés Aberasturi en Europa Press una columna titulada ‘Paralelismos‘ en la que arranca diciendo:
Estoy seguro de que la mayoría de los lectores y hasta los propios protagonistas va a aceptar un cierto «ánimus jocandi» en esta columna; mi agradecimiento por ello, pero lo cierto es que hay algunos paralelismos entre las dos noticias que protagonizan estos días el quehacer nacional: las locas aventuras del pequeño Nicolás y el irresistible ascenso de Podemos en el reino de las encuestas.
Y añade que:
Según él mismo cuenta, con apenas 20 años en este agitado mundo, «Elpequeñonicolás» fue encargado por altas instituciones del Gobierno y afluentes de -entre otros- solucionar el tema de la imputación de la Infanta Cristina (sin éxito), arreglar el desagradable asunto del 9N (sin éxito), la venida de Eurovegas a Madrid (sin éxito), posibles acuerdos con Guinea (sin éxito) etc. Todo esto que cuenta con un aplomo envidiable «Elpequeñonicolás», lo cuenta él sin aportar una prueba aunque amenaza con sacar a la luz «material sensible» que haría dimitir a muchísima gente.
Y concluye que:
¿Qué ofrece Podemos para alcanzar semejante éxito? Pues más o menos lo que ofrece «Elpequeñonicolás»: palabras dichas con soltura, afirmaciones categóricas y anuncios por lo menos temerarias de un futuro mejor sin ninguna explicación real de cómo hacerlo. «Elpequeñonicolás» ama a España y con eso le basta; Podemos tiene la voluntad política de jubilar a los 60 años, abrir las fronteras a todo el mundo y pagarnos un salario tan sólo por el hecho de existir.