Este 12 de diciembre de 2014, escribe Pablo Planas en Libertad Digital una columna titulada ‘La tuna de Políticas’ en la que arranca diciendo:
Se supone que la sobreexposición mediática de Pablo Iglesias y sus colegas debe reducir el impacto final de Podemos en la política española.
Añade que:
Y, al igual que ha sucedido con el pequeño Nicolás, ha bastado el pico de la muleta para que la fiera enseñe los cuernos. Iglesias es como un concursante de Adán y Eva, una emulsión de Gran Hermano.
Y concluye que:
Demasiado tiempo frente al televisor de pequeño, muchacho. El compañero ya tiene un caché y está que lo peta. Es el amo de la fiebre del sábado share y por su partido mata. Si Belén Esteban es la princesa del pueblo, Pablo es el Pijoaparte que sueña con ocupar La Moncloa.