Este 12 de diciembre de 2014, escribe Kiko Méndez-Monasterio en La Gaceta una columna titulada ‘Pablo, hijo de Mariano’ en la que arranca diciendo:
Pablo Iglesias era asiduo de esos bestiarios conocidos como herriko tabernas, y ni siquiera se molestaba en disimular la coincidencias de su planteamiento político y el de la serpiente.
Añade que:
Por eso no parece una pregunta extemporánea saber si se alegra de esta nueva fase de la amnistía progresiva que está promoviendo el PP para los etarras más sanguinarios.
Y concluye que:
Quien creyó en Soraya Sáenz de Santamaría como la persona adecuada para pilotar estos años, ha hecho más por Podemos que todo el dinero venezolano o iraní. Y el que lo creyó fue don Mariano.