Este 12 de diciembre de 2014, escribe Francisco Pérez Abellán en Libertad Digital una columna titulada ‘La seguridad, estúpidos, la seguridad’ en la que arranca diciendo:
Obviamente es una frase retórica, no pretendo llamar estúpido a nadie. El Ministerio del Interior no es estúpido, pero está empleando sus protocolos de seguridad estúpidamente.
Añade que:
En muy pocos días ha fallado tres veces de forma estrepitosa con resultado de muerte sin que haya dimitido nadie: al no prever que podría haber una batalla campal en los alrededores del estadio Vicente Calderón de Madrid entre ultras de signo contrario, al dejar sin chaleco antibalas a la agente muerta a tiros en Vigo y, finalmente, en la prevención de la violencia doméstica, según la parte secreta del informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el organismo más político de la politizada Justicia.
Y concluye que:
¿Por qué en España siempre tiene que pasar primero una desgracia?