Este 19 de diciembre de 2014, escribe José Antonio Zarzalejos en El Confidencial una columna titulada ‘Dimisión abrasiva’ en la que arranca diciendo:
La dimisión del fiscal general del Estado es la metáfora de un bofetón a mano abierta contra el rostro del Gobierno.
Añade que:
De un Gobierno que, cuando enfila el último año de legislatura, se muestra mucho más torpe y desorientado que cuando comenzó su andadura en diciembre de 2011.
Y concluye que:
Cuando a un Ejecutivo se le despide el jefe del Ministerio Fiscal estando pendiente una querella criminal contra el presidente de la Generalitat de Cataluña, con la hermana del jefe del Estado a un paso del banquillo de los acusados por dos delitos fiscales y con una acusación de que su partido ha sido partícipe a título lucrativo de una trama de corrupción (Correa), es que algo muy hondo, de mucho calado, muy profundo, funciona mal en los mecanismos de coordinación e interlocución gubernamentales.