Este 22 de diciembre de 2014, escribe Pablo Sebastián en Republica.com una columna titulada ‘La diplomacia de Margallo, América, Cuba y Gibraltar’ en la que arranca diciendo:
Dijo Winston Churchill que «El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada». No es desde luego el caso del ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo quien no se piensa dos veces lo que dice o lo que hace, más bien al contrario se suele lanzar al vacío con bastante facilidad.
Añade que:
Y no es que el ministro no tenga una buena preparación ni experiencia internacional, pero a veces parece tener ‘la mente muy corta y lengua muy larga’ -como cantaría Joaquín Sabina- y se le dispara un ‘ímpetu patriótico’ que no suele ser un buen compañero para quien ha de moverse entre tantos matices y sutilezas.
Y concluye que:
García-Margallo también ha sabido moderarse y lograr acuerdos en posiciones más centradas que las habituales del PP.