Este 24 de diciembre de 2014, escribe Esther Vivas en Público una columna titulada ‘El lado oscuro del menú de Navidad’ en la que arranca diciendo:
Mi madre me llama por teléfono. «Ya tenemos menú para estas fiestas navideñas», anuncia. Al lado de los clásicos, en Catalunya, como la sopa de galets, versión vegetariana en mi caso, y los canalones, con y sin carne para toda la familia, me dice que «la ensalada de piña no fallará».
Añade que:
El menú de Navidad se ha globalizado. Si antes, nuestros platos tradicionales estaban ligados a lo que nos daba la tierra, de aquí que la gastronomía de cada uno de los territorios del Estado tenga sus propios matices, en la actualidad los alimentos viajeros, en fiestas navideñas y los 365 días al año, han «inundado» las cocinas.
Y concluye que:
Incorporar alimentos foráneos a la dieta no tiene nada de malo, al contrario.