Este 26 de diciembre de 2014, escribe Antón Losada en eldiario.es una columna titulada ‘La importancia del guionista’ en la que arranca diciendo:
Felipe VI se aprendió su papel y lo defendió con ganas, pero le faltaba un buen guión. Cuando falla el argumento, no basta con hacerlo bien. Hay que bordarlo. Nadie habla del guionista hasta que la historia se cae y se le echa en falta.
Añade que:
La dirección artística estuvo a la altura. Buscó un escenario alegre y optimista, dominado por el blanco y los colores vivos. Se puso una animada corbata azul a juego con sus ojos. Se dejó una barba cuidada que le hace parecer más maduro y más rey.
Y concluye que:
La corrupción que atañe al monarca no es la corrupción en general de los servidores públicos.