Este domingo 28 diciembre 2014 Manuel Vicent titula Cocoteros su columna en El País.
A estas alturas de la vida cada año que pasa me parece un cocotero. Es una de las imágenes que guardo de aquellas lecturas de hamaca en los veranos de la adolescencia.
Añade:
No hay viejo que no pueda vivir un año más ni joven que no pueda morir al día siguiente. Basta con que le caiga un coco en la cabeza mientras está en bermudas y gafas de espejo, por ejemplo, en Punta Cana, tomándose un cóctel floral, como a Pitágoras lo mató una calabaza que soltó un águila desde el cielo.
Y concluye:
Para vivir la primera condición es amar la vida y, seas joven o viejo, tener como principal proyecto no morirte. Pero a una edad conviene agarrarse bien al cocotero, que se levanta ante el futuro cada año nuevo.