Este 9 de enero de 2015, escribe Emilio Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘Una caricatura de Mahoma’ en la que arranca diciendo:
Titula El País: «Ataque terrorista a la libertad de prensa en el corazón de Europa». Demasiado genérico. Por supuesto que ha habido un ataque terrorista contra la libertad de prensa, pero la verdad es bastante más concreta. Tanto que el titular es casi una mentira. Más correcto habría sido decir: «El terrorismo islámico asesina a los periodistas que hicieron chistes sobre el islam».
Añade que:
Los periodistas de El País, como los de tantos otros medios de comunicación, quieren hacernos creer que ellos también son víctimas. Que el pecado por el que han asesinado a los compañeros es el de ser periodistas. Por eso publican ese editorial conjunto que titulan «Seguiremos publicando». La verdad es otra. No son las cosas que publica El País las que han provocado el atentado, sino las que publican otros y que ellos, bajo varios pretextos, no publican.
Y concluye que:
El único titular conjunto que cabe, si es que cabe alguno, es una caricatura de Mahoma, a ser posible obra de alguno de los asesinados.