Este 23 de enero de 2015, escribe Ignacio Camacho en ABC una columna titulada ‘Leónidas‘ en la que arranca diciendo:
A rebato. Las campanas del PP han sonado con repique de alarma. Los gurús del arriolismo han escrutado las tripas de las encuestas y han concluido que hay un problema grave por la derecha, un boquete por estribor a través del que en vez de entrar agua se salen los votos.
Añade que:
Rajoy, cuyo rasgo más definido es el pragmatismo, ha llamado para taponarla al antiguo cirujano-jefe. Y este ha acudido; si algo le gusta a Aznar es que lo necesiten.
El expresidente no regresa para salvar a su sucesor, sino a su partido, al proyecto de mayoría social que puso en pie a primeros de los noventa.
Y concluye que:
Es un mensaje conservador sin duda, aunque en el fondo -o tal vez por eso- muy marianista: en una coyuntura lábil, repleta de zozobras, de tentaciones adanistas y de proyectos de refundación, Rajoy apela a los viejos valores y a la memoria de la estabilidad. En una urgencia crítica ha debido pensar que contra la moda juvenil de las coletas no vale la pena seguir tiñéndose las canas.