Este 26 de enero de 2015, escribe David Torres en Público una columna titulada ‘Jroña que jroña’ en la que arranca diciendo:
Hace unos días un buen amigo escritor me preguntaba lleno de aprensión si no me daba miedo una posible victoria de Podemos. Hasta cierto punto, su canguelo era lógico: en vísperas de entrar al quirófano lo que asusta es el bisturí del cirujano, no el tumor que te está comiendo vivo.
Añade que:
La costumbre es lo peor de todo. Ayer los griegos decidieron despertar de una pesadilla, dejarse de paños calientes y entrar en el quirófano a cortar la enfermedad de raíz. De raíz, de ahí el término «radical» con que los analistas financieros (los mismos visionarios que puntuaban al máximo el disparate aritmético de Lehman Brothers un día antes de que mandara al carajo la economía occidental) califican los partidos de izquierda recién nacidos y muy especialmente la Syriza griega.
Y concluye que:
A Rajoy el triunfo de Syriza le pilló con el pie cambiado después del baño de aplausos cautivos.