Muchas banderas venezolanas en la manifa de Podemos, desde luego más que banderas nacionales. Pero, ¿a cuántos de los que se entusiasman con el bolivarianismo les gustaría, de verdad, vivir en Venezuela?
¿Qué significaría en España que se trasladasen aquí los logros de la revolución bolivariana? Pues, entre otras, con una tasa de homicidios de 82 muertos por cada 100.000 habitantes, tendríamos 38.130 muertes violentas.
En 2013, en la España de la casta sólo hubo 301 homicidios. En 2014 subieron a 322.
Desde 2003, el régimen socialista bolivariano no da las cifras de homicidios o las da modificadas. Los números los recopilan diversas asociaciones privadas y nunca han sido desmontados por el Gobierno chavista. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de la Violencia, en 2014 se cometieron 24.980 homicidios, 68 al día.
El país ya era violento antes de Chávez. En 1998, cuando este golpista ganó sus primeras elecciones, se perpetraron 4.550 homicidios. 15 años de socialismo, revolución y anti-imperialismo han quintuplicado el número de muertos por la delincuencia.
La impunidad de los delincuentes supera el 90%, lo que demuestra que el crimen desatado es una estrategia del poder para amedrentar a la población y hacer que se preocupe sólo de sobrevivir.
Tanto en Venezuela como en España y otros países europeos, la izquierda cree que la delincuencia sólo preocupa a los ricos o los burgueses, cuando los más perjudicados son los pobres. A continuación, el testimonio de una mujer venezolana que ha perdido a su marido y a dos de sus tres hijos por obra de la delincuencia.
María Dolores Pérez es una mujer de 57 años, que reside en el sur de Caracas desde que nació. En su propia casa perdió a su marido en el año 1999, cuando dos hombres le dispararon para robarle una motocicleta. Con tres hijos adolescentes debió salir a trabajar pensando que lo peor ya había pasado.
Pero la delincuencia volvió a trastocarle su vida dos veces más. En el 2007, varios delincuentes atracaron y asesinaron a su hijo mayor, quien se encontraba trabajando y en el 2013 volvió a vivir la pesadilla de perder a otro hijo en un hecho violento.
«Justo cuando comenzaba la Navidad a mi hijito menor lo mató un adolescente que iba armado y quería quitarle el celular. A mí la delincuencia me quitó todo, una vida feliz junto a mi familia. Ahora sólo quedamos mi hija y yo, estamos ciegas de dolor y sobre todo tenemos mucho miedo. Vivimos en una zona donde es más fácil ver una pistola que un paquete de arroz o una barra de pan» sentencia María Dolores.
Los responsables de acabar con la familia de María Dolores no han sido capturados pese a que en los tres casos hay diversos testigos que han dado datos concretos a la policía científica.
Pero vista la reacción de la sociedad española ante la liberación de terroristas, violadores y pederastas, que ha consistido en acusar a las víctimas de pedir venganza, y ante la corrupción conocida desde hace años, que ha sido seguir votando a los corruptos en Andalucía, Valencia o Cataluña, supongo que no pasaría NADA.
Una de las primeras medidas del PSOE de González fue liberar a cientos de presos en prisión provisional por eso de los derechos humanos (ahora la exigen para Luis Bárcenas) y luego tildar de ultras a quienes protestaban por la delincuencia creciente. En 1986, la sociedad española, que había votado sí a la OTAN propuesta por Felipe, le volvió a dar la mayoría absoluta.
