Rosa Villacastin

Montoro ningunea al mundo de la cultura

La pregunta que muchos actores, productores, directores de cine y de teatro, se hacen es por qué esa animadversión de Cristóbal Montoro por el mundo de la cultura española y sus representantes. La respuesta no es fácil, es más, yo me atrevería a decir que va más allá de los quebraderos de cabeza que estos le dieron cuando se posicionaron claramente en contra de la guerra de Irak. Una postura que coincidió con la de millones de españoles y ciudadanos europeos que consideraban una locura entrar en un conflicto que como bien se ha visto después ha desencadenado el peor de los terrorismos. Y digo que va más allá porque mientras otros políticos del PP han suavizado sus posturas el actual ministro de Hacienda no oculta su desprecio, que hace pagar, aumentando el IVA al 21%, mientras que la pornografía paga el 4%. Una cantidad que está ahogando la industria de un sector que tantas alegrías y satisfacciones nos ha dado y nos sigue dando, y que en numerosas ocasiones ha sido nuestra mejor carta de presentación en países como Estados Unidos o Francia, donde se aprecia el talento de la gente, por encima de sus ideologías, y donde nadie impide a los representantes del cine y del teatro manifestarse en contra de tal o cual medida de sus gobiernos sin que eso suponga que se les declare una guerra sin cuartel por parte de las administraciones públicas del ramo.

Dicen que en la gala de los Goya el ministro Wert tenía pensado anunciar una rebaja del IVA, con el fin de congraciarse con un sector que no regatea críticas -al igual que lo hace el de la enseñanza-, a su gestión. Pues bien, quién más tenazmente se ha opuesto a una reducción que hubiera aliviado la profunda crisis que les afecta ha sido, cómo no, el flamante ministro de Hacienda. A las gentes de la cultura, ni agua, ha venido a decir el encargado de recaudar los impuestos. De ahí que piense, y como yo otra mucha gente, que una postura tan drástica y desmedida tiene que estar originada por algún problema del que desconocemos su origen, pero que debería hacerse revisar pues un político que gobierna lo debe hacer para todos, y por el bien de todos, no solo para aquellos que le han votado y le bailan el agua.

Es cierto que no todas las películas que se ruedan tienen el mismo éxito, ni son todas tan buenas como para aspirar a los Goya a los Oscar, pero nada diferente a lo que ha pasado en otros sectores durante los años de bonanza, donde el dinero parecía que brotaba de las entrañas de la tierra, sin control alguno, en este caso, sobre a quién se daban las subvenciones y con qué criterios. Pero esa época ha pasado, y lo que toca ahora es vigilar que no se aprovechen de los dineros públicos quiénes nada tienen que aportar al mundo de la cultura. Eso es lo que hacen los buenos gestores.

Rebajar el IVA es una medida urgente si no quieren acabar con lo que es la base de la convivencia, del desarrollo intelectual, de la cultura, tan importante para un país que si de algo puede presumir es de grandes escritores, dramaturgos, pintores, e interpretes. El señor Montoro debería saber que los políticos pasan, mientras que los genios permanecen en el ideal colectivo de la gente.

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