La Marea de Pérez Henares

Guerra en el PSOE :Salvar al soldado Carmona

Las llamas en el PSOE menguarán, e incluso puede irse diluyendo la humareda, pero el incendio no va a apagarse y las brasas candentes tan solo esperaran el momento propicio para el fuego se reavive con total virulencia y esta vez la hoguera alcance a todas las organizaciones y confines de la organización. La fecha para la batalla final será justo después de la municipales y autonómicas. Ni un segundo después, sino se precipita incluso antes.

Esta no es una guerra Tomas Gómez-Pedro Sanchez. Es muy otra y de mucho mayor calado. Entre los socialistas, con la excepción de las manos de Carmona, y de esta manera y nada más que las manos, y algunos otros que ya están en la lista de caídos, no hay quien defienda a Gómez. Porque es indefendible desde hace mucho tiempo, por actitud, situación comprometida-que puede que pase a mayores-resultados y nulas expectativas. Nadie pues defiende a Gómez. Pero tampoco hay muchos que tras lo sucedido defiendan a Sánchez. Su método, formas, manera y tiempos han generalizado el rechazo, aunque este se ha expresado con sordina para no consumar el espectáculo de la matanza y la sangría con un estremecedor coro de chillidos. Ni siquiera los dirigentes territoriales afines, con la excepción del extremeño, le han apoyado con claridad y energía. La mayoría callan pero secretean que la jugada les ha parecido desde mal a suicida.

Las criticas de todo tipo, desde la oportunidad del momento, lo zafio de la ejecución, con el detalle final del cerrajero, la chocarrera encuesta guisada, hay quien dice que hasta antes del “crimen”y hasta la oscura mano rubalcabiana han minado el prestigio del secretario general y ha hecho que muchos de los apoyos estén en trance de aguantar tan solo hasta que llegue el momento de dejarlo solo y elegir otro caballo para la carrera de las generales. A día de hoy son más dentro del PSOE quienes creen que Sánchez no será el candidato electoral que quienes lo ven en los carteles. Dependerá entre otras cosas de lo que haga Susana Díaz, pero también de cómo le vaya a Susana en Andalucía, que puede no irle tan bien como creía al convocar y si no salirle el tiro por la culata resultar por terminar con la pólvora mojada y peor de lo que estaba cuando inició las hostilidades. Desde luego el akelarre de la decapitación de Gomez le ha venido mal por todos lados. Por lo que daña a la sigla y porque ella está maniatada para meterse ahora en esa pelea. Ni puede coger el Ave ni puede decir lo que piensa y tan solo puede hacer que carmen Chacón lo diga por ella.

Pero más allá de todo ello, lo que hay por delante es un campo de minas y un desolador panorama. Mal estaban antes, pero con lo sucedido están ahora peor que nunca. Es un partido en llamas, roto y sin argamasa colectiva. El desastre electoral de mayo puede revestir características de auténtico desguace. Y no solo es Podemos quien está dispuesto a recoger los escombros, sino que cada vez más emerge también Ciudadanos como refugio de quienes no quieren meterse en aventuras extremistas y peligrosas. Hasta a IU le puede venir bien la hecatombe para intentar sobrevivir a lo que ya parecen entender que es su desaparición como partido mínimamente relevante.

Por ello, salir del paso, remontar o al menos limitar daños es ahora el objetivo central de todos, sean los de Sánchez o lo que esperan para descabalgarle. Saben que si persiste la lucha cainita no quedan de ellos ni las raspas. Por ello y no hay nadie en que se visualice mejor que en su persona ha llegado la hora de salvar al soldado Carmona. El candidato a la alcaldía de Madrid que se aferra a esa candidatura y a quien se agarran tirios y troyanos de la marabunta madrileña.

La posición de Antonio Miguel Carmona era y sigue siendo difícil. Está en el filo de la navaja, entre dos aguas y dos fidelidades obligadas. La que le une a Tomás, la de las manos en el fuego por dos veces y por el amigo, pero seguir a Gomez en su guerra es ya otra cosa. Sabe que hasta ahí no puede ir, que ello sería su liquidación inmediata. Su cara y gestos en la rueda de prensa de los amotinados reflejaba su tortura interior y la tensión que soportaba. Ha de coincidirse en que se mantuvo dignamente. Pero pretender que ha salido sin daños es cosa muy diferente. Y que tiene resuelto el mañana tampoco: los unos les van a exigir acatamiento, sumisión y claro desmarque de los “vencidos”, una línea deslizada en el diario El Pais daba ese toque que será orden de obligado cumplimiento, pero eso significará enajenarse aliados mediaticos muy poderosos que pueden volverle la espalda. Pero si además se percibe que no solo no secunda a sus compañeros, hasta ayer, en la guerra contra la dirección nacional-esto la mayoría lo comprende-sino que exhibe cierta ansia de ocupar el vacío dejado por sus amigos desde ese segmento no van a tardar en tacharle de muchas cosas y ninguna bonita. Y que puede que se queme más que las manos, que a lo mejor se las chamusca la UDEF en unos días, sino que el quemazón alcance a su prestigio entre los que eran sus aliados, que también votan e influyen en votantes. Y nadie está ahora sobrado de ellos.

Salvar al soldado Carmona es sin embargo lo único medianamente inteligente que han hecho los socialistas estos días y donde el interesado ha sabido hasta el momento salir sin demasiados desgarrones. Era a quien no le pintaban del todo mal las encuestas, no tanto como el dice pero bastante mejor que a muchos, y quien mejores opciones tenía de un buen resultado y hasta de poder soñar con la alcaldía. Salir vivo ha sido toda una proeza pero habrá que ver si no se le infecta alguna herida. Su partido, el PSOE, está en peor fase, esta ya casi en la irremediable gangrena. En poco tiempo sabremos su extensión y alcance. Empezando por el sur. Porque ni siquiera eso está seguro.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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