Este 18 de febrero de 2015, escribe Juan Carlos Escudier en Público una columna titulada ‘Aznar y los cursos acelerados de estadista’ en la que arranca diciendo:
Consciente de las limitaciones de la LOMCE y siempre atento a las necesidades del país, Aznar ha decidido pasar a la acción para que sus inmensos conocimientos geopolíticos, geoestratégicos, geoestacionarios y hasta geológicos se transmitan a una nueva generación de estadistas, a la que por sólo 18.000 euros al años se le ofrece la posibilidad de doctorarse en liderazgo y cambiar el rumbo de la historia.
Añade que:
Tanto por su dilatada y fructífera trayectoria en el Gobierno de España como por su condición de empleado de Murdoch, asesor de Endesa o de otras sociedades filantrópicas como la minera Barrick Gold, sabíamos que el estadista nace. Ahora, gracias a los desvelos de este liberal infatigable, también será posible fabricarlos en serie.
Y concluye que:
Lo más difícil para estos aprendices de gobernante será emular el mohín de cabreo perpetuo, el acento chicano o, incluso, la manera correcta de poner los pies encima de la mesa en una reunión del G-8. Hay que ser realistas: lo que natura no da, Salamanca no presta.