Este 23 de febrero de 2015 escribe Luis María Anson en El Imparcial una columna titulada ‘Lorca, contra las pezuñas que sustituyen a las alas’ en la que arranca diciendo:
Federico García Lorca, que con El público se anticipó a Beckett, Artaud, Ionesco o Brecht, desdeñó a los autores que tienen «los ojos puestos en las pequeñas fauces de las taquillas.
Añade que:
El mal del teatro para el autor de Yerma eran algunas empresas «absolutamente comerciales», ajenas a la calidad literaria.
Y concluye que:
Si Federico estuviera vivo sentiría hoy sobre la carne viva las pezuñas de ciertos culebrones de televisión que degradan la vida nacional