Este 4 de marzo de 2015, escribe Juan M. Blanco en Vozpópuli una columna titulada »Negocios’ de ex ministros’ en la que arranca diciendo:
Una impactante noticia sobresaltó la semana pasada a la opinión pública: Zapatero y Moratinos se entrevistaban con Raúl Castro motu proprio, sin previo aviso al gobierno, ni siquiera a su partido. Sin encomendarse a Dios ni al diablo. Desmesurada alarma, cabreo supino.
Añade que:
Se diría que la política española es una escuela fantástica, capaz de convertir a reconocidos zoquetes en verdaderos linces, en magos de los negocios. Pero no es más que apariencia, un decorado de cartón que esconde, a veces, un pago por favores concedidos en el pasado: las famosas puertas giratorias.
Y concluye que:
Nada sorprende ya en la España del latrocinio, donde todo cargo político, del Rey al concejal, pasó oportunamente por esa peculiar universidad del cambalache, el enredo y la comisión. Hace poco supimos que Juan Carlos trasladaba su despacho al Palacio de Oriente. ¿Qué actividades llevará a cabo en tan regias salas? Difícil imaginarlo. O no tanto.