Este 10 de marzo de 2015, escribe José Antonio Zarzalejos en El Confidencial una columna titulada ‘La frustrada ‘Operación Monigote» en la que arranca diciendo:
Parece ser que el macerado de Ignacio González en los medios de comunicación y el propósito de ‘comprar’ la voluntad de Esperanza Aguirre -la candidatura a la alcaldía de Madrid a cambio de entregar el control del partido- ha salido a sus promotores como tiro por culata.
Añade que:
Aguirre sale de todas porque no le atenazan los límites convencionales de la política: lo mismo resulta ilesa en un accidente de helicóptero que escapa como una ardilla de una balacera en Bombay; y se desembaraza de un consejero gurteliano como López Viejo con la misma displicencia que del púnico Granados.
Y concluye que:
Por eso, la ‘Operación Monigote’, frustrada, fracasada, ha servido sólo para empoderar a una Aguirre que lee los labios de los electores de la derecha-derecha, y dimensionar la poquita cosa que tiene en el balcón de enfrente. Ella hace política; los otros, calceta.