Este 16 de marzo de 2015, escribe Antonio Casado en El Confidencial una columna titulada ‘El catecismo de Esperanza Aguirre‘ en la que arranca diciendo:
Es la versión menos peyorativa del populismo. Consiste en alborotar el gallinero de la política en vísperas electorales con propuestas poco elaboradas que te hacen volver la cabeza. Una semana después de su designación como aspirante del PP a la alcaldía de Madrid, ya conocemos el catecismo de Esperanza Aguirre en toda su simplicidad.
Añade que:
¿Alguien se confiesa «liberal» y defiende el derecho de los poderes públicos a interferir en la libertad de una mujer, en el recinto de su intimidad, decidida a interrumpir un embarazo no deseado? Nunca hubiera imaginado que quien abomina del intervencionismo del Estado en la esfera privada del individuo dé por bueno que se meta entre las piernas de una mujer.
Y concluye que:
¿Alguien se confiesa «liberal» y defiende el derecho de los poderes públicos a interferir en la libertad de una mujer, en el recinto de su intimidad, decidida a interrumpir un embarazo no deseado? Nunca hubiera imaginado que quien abomina del intervencionismo del Estado en la esfera privada del individuo dé por bueno que se meta entre las piernas de una mujer.