Espero con cierta impaciencia mañana. Los resultados de las elecciones andaluzas empezaran a arrojar alguna luz en este marasmo de encuestas sobresaltadas y saltimbanquis. Cierto que Andalucía es peculiar y muy peculiar también su comportamiento electoral, pero estoy convencido que algunas conclusiones ya podremos empezar a sacar y poder ir deslindado trigo y paja con respecto a próximas consultas electorales. Creo que , sin embargo, habrá que esperar las municipales de finales de mayo para poder tener una imagen global de la situación y por donde puede continuar, y con quienes, la jugada.
Pero hay algo que estos día me corroe y me desagrada. Producto de nuestra no reformada ley electoral y que me parece una estafa a los ciudadanos. La ocultación y negación de los pactos cuando todos saben y sabemos que lo harán o hasta puede que algunos tengan comprometidos. Y que a la postre acabaran en muchos caso por hurtar a los ciudadanos, y con ciertas trampillas, la decisión última de quien es su alcalde o su presidente de la Comunidad Autónoma.
Ni me gusta este sistema actual ni creo que sería solución la lista más votada. La formula mejor ya está testada y comprobada en muchas partes. Es ir a dos vueltas entre las dos listas más votadas, como hacen en Francia y en tanto otros lados. Asi seremos los ciudadanos y no los cabildeos partidistas quienes elijamos. No creo que a ello pueda oponerse pega democrática alguna. Aunque si se pongan todas las pegas partidarias que en el fondo es las que han primado siempre para no abordar de una vez por todas el asunto.
Es algo que se debería abordar de una vez por todas y nada mejor que hacerlo justo al empezar nueva legislatura para poderlo debatir y pactar con el mayor número de fuerzas politicas. ¡Pero que de una vez se pongan manos a la obra!
Pero como lo que tenemos es lo que hay, los pactos para alcaldía y comunidades van a ser esenciales y decisivos. Pero también esclarecedores. Porque los partidos nuevos y emergentes se retrataran con esos pactos. No les quedara más remedio y de su decisión pueden depender su futuro. Porque pudiera darse el caso que muchas gentes voten a una determinada formación creyendo una cosa y acaben haciendo la contraria. Y eso puede ser letal para la próxima cita, la de las generales donde lo que se juega ya es el Gobierno de España.
Ahora, sin embargo, todo es escurrir el bulto y hasta jugar al despiste. Aunque alguno, como Bono, acabe por desvelar estrategia e intenciones. Lo que ha dicho, aunque luego lo haya intentado enredar, es que Cospedal si no gana por la absoluta no Gobierno porque el PSOE pactará con quien sea para echarla. Que lo diga Bono no deja de tener su gracias, porque creiamos que el candidato allí era Page. Y lo es, pero la sombra de Bono es tan alargada que llega hasta la cena podemita que algunos se malicían sirvió para poner la primera piedra de un futuro pacto. Si da para sumar, claro.
