Este 24 de marzo de 2015 escribe Javier Benegas en Vozpópuli una columna titulada ‘Rajoy, el adanista, y los electores suicidas’ en la que arranca diciendo:
La semana pasada tuvo lugar una anécdota que, aunque menor, da pie para ilustrar el drama en que nos encontramos incursos. En una entrevista concedida a Onda Cero, Mariano Rajoy aprovechó para dar un golpe bajo al profesor y economista Luis Garicano, quien hace no mucho pasó por ser uno de los ministrables del gobierno pepero, y que hoy, vueltas que da la vida, asesora en materia económica al partido Ciudadanos.
Añade que:
Cierto es que todos los males que nos aquejan no son responsabilidad de Mariano Rajoy. Sin embargo, a él le debemos haber llegado a un punto en el que decir la verdad se haya convertido en un caro deporte solo al alcance de los más desprendidos.
Y concluye que:
Sin embargo, no hemos llegado hasta este callejón sin salida solo porque ese adanista que es Rajoy huyera despavorido de las reformas, sino también y sobre todo porque aquí, quién más, quién menos, todo hijo de vecino ha llegado a creer que el dinero que tan mal administra el Estado crece en los árboles -los primeros, los políticos- o, lo que viene a ser lo mismo, que la riqueza se genera en una imprenta.