Este 27 de marzo de 2015, escribe Emilio Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘Una tentación llamada «lista más votada»‘ en la que arranca diciendo:
Desde el mismo momento en el que se cerraron las urnas, Susana Díaz contó con la abstención de algunas almas cándidas para ser investida sin problemas como presidenta de Andalucía y luego gobernar con los dichosos «acuerdos puntuales», que no son más que pactos concretos.
Añade que:
El caso es que a nadie le conviene abstenerse gratis. Ciudadanos ya ha puesto un precio sólo para empezar a hablar, la dimisión de Chaves y Griñán, que es como pedir que trasladen piedra a piedra la Giralda a Toledo, una pretensión absolutamente intolerable.
Y concluye que:
Lo relevante será que entonces quedará a la vista, sometido a escarnio público, el modo en que la casta se reparte el poder y será patente que la única verdadera oposición son Podemos y Ciudadanos.