La Marea de Pérez Henares

La prueba del nueve se apellida Rato

La prueba del nueve de que la regularización fiscal a la que se acogieron más de 30.000 personas no suponía amnistía es que 705 de ellos están siendo investigados por la procedencia de su dinero y pueden acabar detenidos por delito de blanqueo, aunque se llamen Rodrigo Rato. O sea, que la tan cacareada amnistía no existe. Y hasta en esta España donde somos tan poco dados a dimitir como a exigir la dimisión de los demás resulta sorprendente que se exija la dimisión de un ministro Montoro por investigar si existe fraude y perseguirlo. O sea, por cumplir con su deber. La dimisión en todo caso debiera pedirse por incumplir sus funciones y tareas, si por amistad, partidismo o pago de favores políticos no lo hiciera. Pero desde luego en absoluto por hacerlo.

La operación puesta en marcha en 2012 de regularización fiscal, al objeto de hacer aflorar dinero oculto o expatriado se saldó con cerca de 14.000 millones de euros aflorados que pagaron más de 1,3 millones de euros para regularizarse. Con ello todo ese monto económico volvió o entró al sistema y a partir de ese momento y en los sucesivos años hubieron de tributar ya como todos.

La medida, discutible, ha sido puesta en marcha tanto en España como en otros países por gobiernos de diferentes signos, con la intención de hacer regresar el dinero y que se este se incorpore a la rueda normal en vez de estar escondido tanto aquí mismo como en paraísos fiscales. Pero la medida que permitía al pagar el 10% exigido regularizar el dinero no “amnistiaba” su procedencia. Se explicitaba que si su obtención había sido ilícita el haberse acogido a la regularización no suponía quedar exento del delito y no tener que pechar con las consecuencias.
Que es lo que está sucediendo ahora y ha sucedido con algunos de los casos de fraude y corrupción más sonados, como el de Barcenas, Granados o los Pujol. Pero no deja de resultar paradójico que en ocasiones el intento de limpiar ese dinero es quien haya puesto a los inspectores, los fiscales y los jueces tras su pista. O sea, que ha sido precisamente su intento de acogerse a esa regularización fiscal lo que ha permitido en cierta forma descubrirles.

Porque este es otro de los aspectos curiosos y letales de lo que está acaeciendo. Viene a resultar que quienes se acogieron a la citada medida y resulta que sus dineros tenían procedencia oscura y hasta inconfesable, al aflorarlos los destaparon y pueden ir finalmente a caer en las redes que pretendían burlar. De esos más de 30.000 que declararon sus dineros, la Hacienda pública investiga a 705 cuya procedencia y monto no parecen estar claros. Entre ellos Rodrigo Rato.

Pero el “Caso Rato”, por su personalidad y altas funciones en la administración española e internacional, adquiere una dimensión especial y unas proporciones mucho más trascendentes. Fue vicepresidente 2º con Aznar, ministro precisamente de Economia y Hacienda, Director General del FMI y presidente de Bankia, último destino donde quedó primero en entredicho y finalmente socarrada su imagen por el asunto de las tarjetas Black. Le costó la imputación y tener que dejar el partido, el PP, donde había estado a punto de ser el sucesor de Aznar.

Y en su caso de principio y antes de entrar en la legalidad y lo delictivo hay una primera cuestión ética que ha saltado hecha añicos. Resulta que quien nos convocaba a pagar nuestros impuestos y a ser honrados con hacienda era quien ocultaba su dinero. Eso de entrada. Saber que ha sido uno de los que se acogieron a la regularización fiscal hunde definitivamente cualquier rastro de prestigio que pudiera quedarle.
Esto va primero y como tacha, pero puede no ser lo más grave. Porque hay una segunda derivada. Se le está investigando, y los agentes de Aduanas a eso fueron a su domicilio, para establecer cual es el origen de esos fondos y si su obtención fue licita. De comprobarse que tienen un origen irregular y delictivo Rodrigo rato se enfrentará, y todo indica que así será, a algo más de un delito fiscal pues estamos ya hablando de fraude, blanqueo y alzamiento de bienes, cargos que se le imputan y por los que podría ser procesado.

Que es ese hecho, junto con los de otras gentes relevantes que pueden venir detrás, la lista es larga, el que debe también llevarnos a una reflexión. Y en contrario a la que de inmediato y entre el mitin y la taberna no se tarda en proclamar. Según el vocerió mediático y populista el sistema no funciona y los poderosos se escapan todos. Pero si algo se está demostrando es que están empezando a caer y a tener que responder ante la Justicia como cada hijo de vecino. Que aunque lenta, la maquinaria acaba llegando y en todo caso la conclusión que hoy que podemos extraer es que alcanza a todos. Y que ni siendo hija de un rey o todopoderoso político o jefe de los empresarios, y ni si siquiera liberadisimo sindical, que esa es otra, a la larga se libra uno de ella. Que se lo pregunten a Rato

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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