Este 8 de mayo de 2015, escribe Marcos Paradinas en El Plural una columna titulada ‘Ni un día sin mentiras’ en la que arranca diciendo:
A falta de descontar los agravios de la detención de Rodrigo Rato y el juego de tronos entre Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias, el Barómetro del CIS ha puesto ya a todos los partidos en sus respectivas posiciones de salida para las elecciones autonómicas y locales del 24 de mayo.
Añade que:
La táctica de la sobreexposición no es nueva en Esperanza Aguirre. Ya la utilizaba cuando era presidenta, cuando llegó a fundirse 220 millones en publicidad institucional durante tres años, más de la mitad de lo que necesitó el Estado en el mismo periodo de tiempo. Y ahora, como candidata, su estrategia se basa en que no pase ni un solo día sin una mentira o una salida de tono. Podrá generar odios o adhesiones, pero está claro que la sensación es que ella es la única candidata a la Alcaldía.
Y concluye que:
¿qué exigirán a la lideresa que incubó bajo sus alas la Gürtel, la Púnica, Fundescam, el caso de los espías… y huyó de la Policía en su coche? ¿Le van a pedir la dimisión de los numerosos miembros de su lista que han apadrinado al Pequeño Nicolás o a Ángel Carromero, han enchufado a su hermana o han despedido a funcionarias que querían conciliar su vida laboral y familiar? Hagan sus apuestas…