Este 7 de mayo de 2015, escribe Ignacio Camacho en ABC una columna titulada ‘La buena ley’ en la que arranca diciendo:
Axioma número uno: las reglas del juego no se cambian en el curso de la partida. Axioma número dos: las leyes electorales sólo se modifican por consenso. Axioma número tres: ningún sistema electoral es perfecto.
Añade que:
Las próximas elecciones van a dar lugar a un espectáculo de mercado negro de la política. El mismo que se produce cada cuatro años desde 1979. Tiempo ha habido de acordarse, y tiempo habrá. Pero estos ayuntamientos y estas autonomías se van a configurar con la ley existente y lo último que conviene es rodear de sospecha una ceremonia democrática.
Y concluye que:
Lo que haya que hablar, háblese fuera de la pasión de la contienda inmediata. La base es simple: lo mejor no es lo que beneficie a más, sino lo que perjudique a menos. Se llama generosidad y respeto a las minorías. Y es incompatible con las urgencias de poder.