Este 21 de mayo de 2015, escribe Cristina Losada en Libertad Digital una columna titulada ‘¿Quién se juega más en estas elecciones?’ en la que arranca diciendo:
Nadie sabe cómo acabará todo esto, y yo menos que nadie me atrevo con los pronósticos. Pero está en el aire que cuanto ocurra el 24-M servirá para despejar la gran incógnita, que son naturalmente las elecciones generales de este año.
Añade que:
Los grandes partidos han hecho campaña como la haría el dueño de un restaurante que frecuentamos durante décadas. Cierto que ha tomado confianza y descuidado mucho el trato, que suele darnos gato por liebre y que si cuadra nos mete un calote en la cuenta el día que andamos despistados. Pero lleva la tira de años en el negocio y sabe de qué va, igual que el cliente sabe de qué va él.
Y concluye que:
De esa manera corren el riesgo de caer en el friquismo y abonar la especie de que son unos aficionados. En suma, por su ambición de sustituir a los grandes pueden perder la oportunidad, más realista, de convertirse en buenos partidos bisagra.