Este 22 de mayo de 2015, escribe Emilio Campmany en Libertad Digital una columna titulada ‘Montoro eterno’ en la que arranca diciendo:
No hay mejor vasallo que Montoro. Si fuera cierto lo que se le atribuye, provocaría asombro ese acudir a socorrer a su señor y prestarle la ayuda que sea menester aunque haya que arrastrarse en el lodo, cometer la más repulsiva bajeza o tragarse el sapo más verde y baboso del estanque.
Añade que:
Abusando de que Antonio Miguel Carmona, después de hacer pública su declaración de la renta, había desafiado a Esperanza Aguirre a que hiciera lo mismo, se nos dirá de que algún innominado funcionario próximo al PSOE es el responsable de la filtración.
Y concluye que:
Lo más triste de todo es que éste sea un país donde el ganar honradamente más dinero que la media sea algo de lo que avergonzarse y que a la postre reste votos. Tampoco hay de qué sorprenderse si es un país en el que Montoro es ministro de Hacienda.