Este 29 de mayo de 2015, escribe Marcos Paradinas en El Plural una columna titulada ‘La locura de Aguirre’ en la que arranca diciendo:
La situación desatada en España, y que empieza por Madrid, tras los resultados de las elecciones municipales, recuerda de una forma sutil a la película Novecento, de Bernardo Bertolucci. ¿Por la acogida de los ciudadanos al comunismo a lo largo y ancho del país? ¿Por la amenaza soterrada de un retorno del fascismo ante una derrota mal encajada?
Añade que:
A Esperanza Aguirre no le ha hecho falta toda una vida. Le han valido unas cuantas horas a solas con la perspectiva de perder el poder, el maná que le mantiene lozana e hiperactiva, y la amenaza de tener todo el tiempo libre del mundo para que se haya vuelto tonta entera. Como un boxeador sonado, golpea a un lado y a otro sin saber muy bien qué quiere.
Y concluye que:
Lugares todos donde la lupa mediática es menos potente que en la capital y en los que es más factible poner un chalet a un concejal, aunque solo sea porque el metro cuadrado está más barato. Si muchos ciudadanos han dado a los socialistas una segunda oportunidad ha sido gracias a la arrogancia y la falta de empatía del PP. Si pactan con ellos, no habrá una tercera.