Este 28 de mayo de 2015, escribe Gabriel Albiac en ABC una columna titulada ‘La hipótesis Aguirre’ en la que arranca diciendo:
«Lo igual se dice de lo distinto»: cosas del viejo Platón. Los distintos pactan, sobre los fundamentos en los cuales son iguales. Un acuerdo, el que sea y en cualquier ámbito de la vida, exige la definición previa de un criterio. Para fijar fronteras. El criterio es la regla común, a partir de la cual se despliega una diversidad regulable.
Añade que:
Los populistas se sitúan al margen de ellas y se dicen dispuestos a violarlas. Eso define los campos. Inequívocamente. La experiencia de entreguerras en Europa, y toda la historia del siglo XX en América Latina nos ha enseñado que con los populismos no se juega. Y que el que juega pierde. Pagamos todos. En pérdida de libertad. También en ruina económica.
Y concluye que:
Que PSOE y PP se detesten está en la normalidad de las cosas. Ambos son constitucionalistas, sin embargo. Corruptos, ineptos, odiosos… pero constitucionalistas: mal menor. Constitucionalistas son los aún inéditos Ciudadanos.