Jaime González publica este 4 de junio 2015 en el diario ABC una columna titulada ‘Política sumergida’ sobre las reuniones secretas de los líderes de los partidos políticos para llegar a pactos:
Con una reunión semiclandestina entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, ayer terminó en Madrid la segunda jornada de la liguilla nacional de pactos, fase preparatoria del nuevo mapa municipal y autonómico surgido de las elecciones del 24-M. Horas antes, Mariano Rajoy recibía –sin luz ni taquígrafos– al secretario general del PSOE, un día después de que hiciera lo propio con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien, por su parte, aprovechó la jornada del martes para entrevistarse también en secreto con Pedro Sánchez.
Añade:
¿Qué necesidad había de mantener en secreto el lugar y la hora de los respectivos encuentros? ¿Qué absurdo concepto de la discreción ha llevado a unos y a otros a preservar su intimidad como si fueran «celebrities» tumbadas a la bartola en la cubierta de un barco? Son representantes públicos que tienen la obligación -no es algo optativo- de dar la cara y explicarnos -al detalle- de qué han hablado, entre otras cosas porque las reuniones que han mantenido estos días nos afectan en tanto que tienen que ver con nuestros votos.
Concluye:
Se empeñan en dibujar la democracia como si fuera una casa de ventanas abiertas, pero lo primero que hacen es apagar la luz y correr las cortinas. Nos siguen tratando como si fuéramos convidados de piedra o actores secundarios.