Este domingo 7 junio 2015 Fernando Savater titula Quisquillosos su columna en El País.
Uno de los mejores chistes del Gila dibujante mostraba a un tipo malencarado apuñalando concienzudamente a un pobre diablo que chillaba. Un viandante le dice al agresor: “¡Hombre, no le apuñale más!”.
Añade:
Y el otro contesta: “¡Pues que deje de llamarme asesino!”. Gila acertaba de pleno en aquellos tiempos en que ETA cometía un asesinato por semana, mientras Batasuna acusaba a la Guardia Civil de “criminalizar” a la juventud vasca.
Y concluye:
Por el mismo camino, los nacionalistas catalanes se encabronan mucho cuando se les recuerda que la inmersión lingüística que practican y que algunos insisten en afirmar que ha tenido gran éxito (en realidad, sólo el de privar a muchos ciudadanos del derecho a estudiar en la lengua común del país) es de corte neofranquista.