El Presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, se ha quejado públicamente de que el PSOE y su secretario general, Pedro Sánchez, quieran aislar a los populares en los pactos municipales y autonómicos que se están conformando estos días tras las elecciones del pasado 24 de mayo. «El sectarismo y la exclusión en el siglo XXI deberían ser cosas de las que se olvidaran los gobernantes responsables» llegó a decir Rajoy el pasado viernes en una rueda de prensa celebrada en el Palacio de la Moncloa.
Y uno se pregunta: ¿que esperaba Rajoy del PSOE y del resto de grupos políticos situados en la izquierda, como Podemos o lo poco que queda de IU? ¿No pensaría que teniendo la posibilidad de conformar gobiernos de izquierda, esos grupos se dedicaran a salvar al «soldado Mariano» y no aprovecharan esta oportunidad que les ha brindado el pésimo resultado del PP en las elecciones municipales y autonómicas para echar a este partido de las Instituciones? Le ha costado a Rajoy entender y aceptar que el objetivo de la izquierda -Pablo Iglesias lo ha confesado claramente por escrito en una revista inglesa- es echar al PP. Y el del PSOE, supuesta alternativa de gobierno, el mismo. Lo que debería hacer el Presidente del Gobierno y del PP es poner los medios que no ha querido poner hasta ahora para que esta deriva que lleva su partido de victoria en victoria hasta la derrota final no tenga su colofón en las elecciones generales de finales de año. Desde luego, con el 27% de los votos -que es lo que el PP tuvo en las elecciones del 24-M- es metafísicamente imposible que los populares-aún en el caso hipotético de ser el partido más votado en las generales- estén en disposición de formar gobierno. Que lo tenga claro Rajoy: el 27% de los votos en unas generales supondría estar en una horquilla de los 120-130 diputados, lejos por tanto de los 176 que dan la mayoría absoluta en el Congreso. Y en ese supuesto es mucho más factible pensar en un gobierno de las izquierdas varias con los nacionalistas varios que en uno de una frágil minoría del PP, aunque pudiera estar apoyado por Ciudadanos, lo cual también estaría por ver.
En esta semana se tienen que ir cerrando los pactos municipales y en su caso autonómicos ya que el próximo sábado es la fecha prevista para constituir todos los Ayuntamientos. Aunque pueda haber alguna sorpresa de última hora, lo más probable es que el PP empiece a darse cuenta de que el 24-M, muy al contrario del análisis que hizo Rajoy, perdieron las elecciones, porque era de niño de párvulos saber que en aquellos lugares donde no tuviera mayoría absoluta iba a tener muchas dificultades para gobernar. Todos los sabían, incluidos los dirigentes del PP. Por lo tanto, no se entiende bien a qué viene ahora esa queja de Rajoy.
