Este 17 de junio de 2015, escribe Juan Carlos Escudier en Público una columna titulada ‘Lo del tribunal de la Gürtel sí que es humor negro’ en la que arranca diciendo:
En pleno festival de humor negro, Zapata el breve, exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, se las prometía muy felices para hacerse con la escarapela hasta que la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dio cuenta de los nombres de los tres magistrados que, por reparto, juzgarán la principal pieza del caso Gürtel.
Añade que:
En el caso de Concepción Espejel debe de haber confianza porque tanto Bárcenas como Cospedal, de quien se dice que es muy amiga, no paran de llamarla Concha. Desde Guadalajara, donde presidía la Audiencia Provincial e intentó llevarse por delante a varios cargos del PSOE en el incendio que causó la muerte a 11 miembros de un retén, al CGPJ y de ahí a la presidencia de la sección segunda de Sala de lo Penal la Audiencia Nacional, argucias legales de por medio, Espejel se ha hecho querer tanto en el PP que Copedal consideró un honor y un privilegio imponerle la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort en reconocimiento a sus muchos méritos.
Y concluye que:
Tan suspicaces como estamos con los chistes de judíos, de negros y hasta de vascos, los de la Justicia a veces pasan inadvertidos. Y es que siendo serios, no todos los jueces son iguales. Los de instrucción, por ejemplo, piensan que son Dios; los de la Audiencia, están seguros de que lo son. Los de la Gürtel están convencidos además de su absoluta independencia. Fin del chiste.