Este 18 de junio de 2015, escribe Ignacio Camacho en ABC una columna titulada ‘El hombre sin tiempo’ en la que arranca diciendo:
Estaba el país –o la opinión pública, que tampoco hay que exagerar– esperando una crisis de Gobierno en Madrid y sucedió en Cataluña. Iba a anunciar su nuevo Gabinete Rajoy y le madrugó el suyo Susana Díaz.
Añade que:
Así ha logrado desembarazarse de rivales en su partido y de adversarios en los demás; los liquida a base de dilaciones o de inmovilidad, de dejar que se estrellen por su propia inercia. La única manera de sobrevivir a ese liderazgo rígido es estarle cerca y sin moverse. Todo el que adquiere dinámica propia acaba descalabrado.
Y concluye que:
A veces queda en el aire la sensación de que el líder inmutable no entiende ese comportamiento colectivo que se produce tras la cuarta pared y que amenaza con dejarle solo con su cuajo en una foto muy bien enfocada.