Este domingo 21 junio 2015 Pedrojota Ramírez titula Payasos y jabalíes su Arponero Ingenuo.
Tenemos todavía en lo alto del ranking al concejal que hacía chistes con las cenizas de los judíos de Auschwitz y las niñas asesinadas en Alcasser como fuente de “recambios” para las piernas de esa otra niña nuestra que para todos será siempre Irene Villa.
Añade:
Le siguen el concejal que quería probar a ver qué pasaba “torturando y matando” a Gallardón, como si se tratara de un coleóptero ensartado en un cruel alfiler adolescente; y el concejal que proponía “empalar” a Toni Cantó, según el ritual fálico de la isla rousseauniana del señor de las moscas; y el concejal que lamentaba, “joder, que no exista el GRAPO para darles su merecido a estos fascistas”; y el concejal que proponía “machacar a la derecha hasta en sus casas, como supo hacer el movimiento vasco”; y la proyecto de concejala “feminazi” que lamentaba que Botín no hubiera sido ahorcado en la “lanterne” de la Plaza de la Villa; y la concejala que vitoreó a los asesinos de Terra Lliure; y el concejal con la palabra “odio” tatuada en la nudillera de acero, lista para romper mandíbulas; y la concejala a la que cada vez que suena el himno nacional le da una bajada de tensión, vulgo jamacuco, y sueña con huesos y cunetas. Para qué seguir.
Y concluye:
¡Qué divertido es el humor negro! ¡Ni un paso atrás, camaradas! ¡Qué siga la conga de los ediles moñas (perdón, quise decir maños)! ¡Qué todo el año sea carnaval en Cádiz! ¡Saquemos en procesión a San Fermín Salvochea, hermano lego de la orden de Koprotkin, patrono de lo divina anarquía, e inspirador del Kichi, antes de que se nos caiga de nuevo de la cama! ¡Qué los amigos de los asesinos de Tomás Caballero ocupen el asiento municipal de Tomás Caballero para que no quede el equívoco! ¡Esta es la nuestra! ¡Sí se puede, sí se puede! Así claman, encendidos, los aleves turiferarios del desquite social y las ajadas cheerleaders de la revancha política que emergen en los medios bajo la máscara de periodistas, mientras dos personajes oscuros se frotan las manos asomados en el antepalco.